e enjte, 29 nëntor 2007

De Hoy: Carta a Tiempo

Lucía: el tiempo pasa volando.
Lo supe cuando eras un embrioncito pequeño, y de repente sos una grandota alborotada, de panza prominente.

Y como siempre, te observo.

Cómo guardás tus cosas en las cajas, sin ayuda de nadie, con la necesidad absoluta de apreciar el lugar donde, por última vez, estarán los objetos que tanto querés.
Cómo dejás otras, y pegás un grito "Maaaaá... te dejo la lamparita amarilla por las dudas la necesites a la noche"...

Si supieras que, si fuera por mis ganas, o por mi necesidad de vos, te ayudaría a devolve
r cada cosa a su lugar, y te dejaría la lamparita amarilla, por las dudas la necesites a la noche.

Y es que, como decía antes, el tiempo pasa volando y 22 años son 10 minutos.
Y de repente estas asomandoté al mundo, y de repente estás con la mochila de tercer grado, y de repente me decís que voy a ser abuela, y de repente... de repente todas las otras cosas que se vienen, y que se van... como las olas, Lucía!, como las olas...


Me voy a levantar a ayudarte. Te veo con una caja que supera el tamaño de tu panza (y eso es decir demasiado).

Un beso, hija mía... Esta casa te va a extrañar...