Carta Inédita
Hija:
No es raro: lo que hacés lo hacen (casi todos) los bebés. Poco y nada, para qué mentir. Mover la cabeza para allá, una pierna para acá. Llorar y llorar, por hambre, por frío, por dolor, por que necesitás que te cambie o simplemente, que te alzen. Un poco más que eso, y dormís, comés, ni siquiera balbuceás!.
Pero tan maravilloso es, cuando con una sonrisa tuya, lo que era poco y nada se transforma en mi todo. Y derepente, se que no podría vivir sin vos.
Ay, hija querida! ¡qué lindo es querer así!...