Querida Lucía,
Estuve pensando que estoy sobrellevando esto de ser madre con un dramatismo terrible, y temo que sea fuera de lo común.
Hoy viniste, -rulos alborotados por el viento otoñal-, y me dijiste, muy seria, como nunca, seria:
"¿Te acordás que vos me dijiste que te tengo que contar todo?".
"Si", te contesté yo, mientras rompía un huevo para la pasta frola de la tarde.
"Bueno, te tengo que decir algo", dijiste, todavía más seria, y el corazón me dió un vuelco, me quedó en la garganta latiendo tan fuerte, que casi me asfixio.
Nos sentamos en la mesa, la de la cocina, y mientras el calorcito del horno te sonrojaba los cachetes, me contaste que te gustaba un chico. Que era un poco más grande que vos. Que tenía unos ojos verdes impresionantes.Que te daba mucha verguenza verlo, pero que siempre querías verlo aunque sea pasar por la vereda, mientras vos te escondías en el ligustro para que no te viera viéndolo.
"Bueno, Luci, no está mal que te guste un chico, pero todavía sos muy chica para pensar en esas cosas", te dije.
Y ahi estaba yo, de nuevo, la madre liberal diciendoté las cosas más costumbristas que existen. Dándote respuestas que no te satisfacían. Quizás, decepcionandoté un poco. O mucho...
Y es que me dio tanto miedo, pero tanto!. De repente y como por arte de magia, se me vinieron a la cabeza diferentes situaciones:vos diciendome que tenés novio, vos diciendome que estás pensando en irte a vivir sola, vos diciendome que te casás... El vértigo en el estómago es inmenso cuando pienso en esas cosas, y peor cuando pienso que no puedo retenerte, que sos una niñita libre y que después serás una mujer libre. Y que el tiempo pasa tan rápido que me gustaría agarrarlo fuerte, con las dos manos y tirarlo para este lado - el mío - .
Pero sería una estupidez tremenda...
Y me contento en saber que sos una nena felíz, que sabe lo que quiere aún teniendo 4 años y que sabe que la quiero, a pesar de ser yo tan estúpida a veces...